Tomar el volante en San Diego implica, para muchos, atravesar una de las arterias más transitadas y también más peligrosas del sur de California: la Interestatal 8. Esta autopista, clave para la conexión este-oeste de la ciudad, ha registrado un preocupante repunte en la tasa de accidentes durante el último año, especialmente en sus tramos cercanos a Mission Valley y La Mesa.
De acuerdo con un análisis reciente de Axios Local, tan solo en el tramo urbano de la I-8 ocurrieron más de 200 colisiones entre enero y octubre de 2025. La cifra representa un aumento del 15% respecto al mismo periodo de 2024. Expertos locales en seguridad vial advierten que el diseño de la autopista, la velocidad permitida y la alta densidad de tráfico son factores determinantes.
Zonas de mayor riesgo en la Interestatal 8
Se ha identificado una zona de riesgo particularmente crítica: los tres carriles en dirección oeste entre Fairmount Avenue y Hotel Circle. Allí, las curvas cerradas, el acceso de múltiples entradas y salidas, así como la falta de visibilidad, han generado una alta concentración de siniestros. La comunidad mexicana que transita esta vía regularmente ya sea por trabajo, estudios o actividades comerciales no ha sido ajena a estas cifras.
Por otro lado, líderes comunitarios han comenzado a exigir soluciones más rápidas y efectivas. Entre las propuestas se incluyen mejoras en la señalización, un rediseño parcial de los accesos y campañas de concientización con enfoque multicultural. El Departamento de Transporte de California (Caltrans) ha reconocido la situación, pero los avances han sido lentos y las acciones visibles escasas.
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