El fuego cubrió el cielo de Louisville cuando un avión de carga de UPS se estrelló contra la planta de Grade A Auto Parts, dejando una escena que su propietario describió como “la furia del infierno”. El impacto mató al menos a 14 personas y dejó tres empleados del taller entre los desaparecidos, según informaron las autoridades de Kentucky.
El dueño de la instalación, Sean Garber, relató cómo su directora financiera lo llamó por video mientras una bola de fuego envolvía el edificio y los trabajadores huían entre gritos. “Vi a mis empleados corriendo. Las puertas se derritieron. Saltaron por las ventanas”, dijo.
Los equipos de rescate localizaron restos humanos entre los escombros, pero el gobernador Andy Beshear advirtió que ya no esperan encontrar más sobrevivientes. Los cuerpos recuperados presentan daños que complican la identificación, por lo que el forense realiza pruebas de ADN.
Familias de Louisville entre la incertidumbre y la esperanza
En la lista de desaparecidos figura John Loucks, de 52 años, un operador de maquinaria con más de una década en la empresa. Su sobrino, Justin Loucks, contó que la policía aún no localiza su cuerpo. “Es aterrador. No sabemos si murió al instante o si cayó en otra zona”, comentó.
Mientras tanto, las familias de los trabajadores y de otros clientes que estaban en el lugar viven una espera desesperante. Muchos acudieron al centro de apoyo instalado por las autoridades para registrar a sus seres queridos y recibir información.
Garber aseguró que, pese al dolor, admira el heroísmo de sus empleados, quienes ayudaron a evacuar a otros antes de ser alcanzados por las llamas. “Había muchos héroes ayudándose entre sí”, expresó. Los equipos de emergencia continúan removiendo los restos calcinados del complejo industrial mientras el estado de Kentucky intenta dar nombre a cada víctima.






