En San Diego, miles de trabajadores latinos enfrentan una realidad silenciosa y peligrosa: lesionarse en el trabajo puede implicar mucho más que dolor físico. La presión para no reportar lesiones laborales está creciendo, especialmente entre trabajadores mexicanos en sectores como la construcción, la limpieza y los servicios.
Los motivos son múltiples, pero el temor es común. Miedo a ser despedidos, a enfrentar represalias o a perder oportunidades futuras de empleo. A esto se suma la desinformación y la falta de acceso a recursos legales, que contribuyen a que muchas personas sufran en silencio, sin saber que tienen derechos claros ante la ley de California.
San Diego enfrenta un desafío laboral silencioso
Un estudio reciente citado por KSDY50 revela que hasta un 35% de los trabajadores lesionados en el condado de San Diego no reportan sus accidentes por temor a perder su trabajo o ser deportados. Esta cifra pone en evidencia una cultura laboral que aún no logra equilibrar productividad con bienestar humano.
Además, organizaciones locales como el Centro de Recursos Laborales han advertido sobre un patrón preocupante: muchos empleadores desalientan activamente las denuncias de accidentes. Ya sea mediante amenazas veladas o estrategias administrativas, se crea un ambiente donde la salud pasa a segundo plano.
Por otro lado, la falta de seguimiento gubernamental agrava la situación. Aunque existen leyes que protegen a los trabajadores, la aplicación desigual de estas normas refuerza la impunidad de algunos patrones y deja en vulnerabilidad a quienes sostienen sectores clave de la economía local.






