Multitud mexicana avanzando en protesta pacífica con carteles y ambiente de unidad intergeneracional
Generación Z encabeza movilización crítica al Gobierno

Generación Z encabeza movilización crítica al Gobierno

La exigencia de justicia volvió a tomar fuerza en México con una energía que sorprendió incluso a quienes dudaban de la participación juvenil. La marcha convocada por la generación Z dejó claro que, frente a la violencia y la impunidad, la sociedad mexicana mantiene una voz firme y unida. Jóvenes, adultos y personas mayores caminaron juntos en un acto que mostró cómo distintas generaciones pueden coincidir en una misma urgencia nacional.

La convocatoria nació del hartazgo provocado por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, cuya imagen recorrió Paseo de la Reforma y llegó al Zócalo como símbolo del dolor que atraviesa al país. Además, la presencia de su abuela, Doña Raquel, reforzó la carga emocional de una protesta marcada por historias reales que siguen esperando justicia.

Fuerza intergeneracional frente a la represión

El recorrido avanzó con civismo y organización mientras miles de personas recordaban que protestar en México es un derecho y no una concesión. Por otro lado, la llegada al Zócalo reveló un contraste doloroso. El uso de gases, extintores y maniobras violentas por parte de la policía provocó caos entre familias, jóvenes y periodistas que solo cumplían con su labor.

La Fiscalía capitalina abrió 18 investigaciones por abuso policial y suspendió a siete agentes por agresiones a la prensa, lo que confirma que la respuesta de seguridad excedió cualquier parámetro razonable.

Generación Z y aliados contra la estigmatización

Las descalificaciones oficiales intentaron minimizar la marcha con narrativas que cuestionaban su legitimidad. En consecuencia, miles de asistentes respondieron con presencia física y motivación auténtica para exigir un país sin miedo. Asimismo, la intervención de la relatora de la ONU, Gina Romero, evidenció preocupación internacional por el uso desproporcionado de la fuerza y llamó a frenar la estigmatización del derecho a manifestarse.

El cierre simbólico llegó con familias que denunciaron desapariciones y personas que viajaron desde otros estados para honrar la memoria de Manzo. La participación intergeneracional confirmó una realidad innegable. En agosto 2025 se registraron más de cien heridos durante protestas pacíficas, lo que refuerza la urgencia de revisar protocolos y garantizar respeto a la ciudadanía.

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