La presión económica que viven miles de familias y adultos mayores en Estados Unidos encuentra un punto de alivio en San Diego, donde San Diego Foundation y una red de organizaciones locales decidieron actuar antes de que la crisis avance. La región enfrenta el impacto directo de recortes federales que reducen apoyos en vivienda, salud y alimentación, un escenario que empuja a comunidades completas a un riesgo mayor de inestabilidad.
En este contexto surge una respuesta contundente impulsada por la propia San Diego Foundation, que elevó su papel como ancla de protección social al anunciar un avance histórico en su fondo de emergencia. Además, esta estrategia filantrópica mostró cómo la colaboración entre fundaciones y ciudadanía puede mover recursos con rapidez para proteger a quienes no tienen margen para absorber un gasto inesperado.
San Diego Foundation y el impulso del Unity Fund
La iniciativa alcanzó 32.3 millones de dólares en recaudación reciente, impulsada por aportaciones de la fundación y de socios regionales que entendieron la urgencia. También se distribuyeron 960000 dólares en subvenciones destinadas a organizaciones que atienden a adultos mayores, familias sin estabilidad habitacional y estudiantes que requieren servicios esenciales. Del mismo modo, la movilización comunitaria permitió integrar apoyos para alimentación, transporte, cuidado básico y prevención de desalojos.
Organizaciones locales amplían su cobertura social
ElderHelp recibirá fondos para sostener a adultos mayores en sus hogares, mientras Urban League de San Diego canalizará recursos para pagos de emergencia y prevención de desalojos. Asimismo, la Karen Organization, Shiley EyeMobile de UC San Diego y la Partnership for the Advancement of New Americans atenderán necesidades vinculadas con salud, educación y rentas urgentes. En consecuencia, más familias accederán a servicios indispensables en un momento en que los programas federales retroceden.
El cierre institucional llegó con un dato relevante. Más de 190000 personas afganas han sido reubicadas en el país desde 2021 mediante programas especiales, una cifra que evidencia la magnitud de la demanda social actual.






