La comunidad de la escalada en Estados Unidos enfrenta un golpe devastador tras la muerte de Balin Miller, una joven promesa de 23 años que perdió la vida mientras ascendía El Capitán, la icónica pared de granito en el Parque Nacional de Yosemite, California. El accidente ocurrió mientras transmitía en vivo su ascenso, seguido por miles de espectadores en redes sociales.
Miller, originario de Anchorage, Alaska, era considerado una de las figuras más talentosas de la nueva generación de alpinistas. Había completado ascensos en solitario en la Patagonia y en las Montañas Rocosas canadienses, incluida la difícil ruta Reality Bath, no repetida en 37 años. Su estilo audaz y su energía lo convirtieron en un referente inspirador para la comunidad global de la escalada.
Reflejo de una pasión sin límites en El Capitán
De acuerdo con testimonios, Miller probablemente ya había finalizado su ascenso y se encontraba recogiendo el equipo cuando se deslizó desde el extremo de su cuerda. Su hermano confirmó que utilizaba la técnica conocida como punteo en solitario en la ruta Sea of Dreams, de 730 metros.
El accidente, que ocurrió en el primer día del cierre parcial del gobierno federal, dejó a los visitantes del parque con servicios limitados y a los equipos de emergencia con recursos reducidos. Aun así, los guardabosques respondieron de inmediato al llamado. Además, la tragedia vuelve a colocar la seguridad en Yosemite bajo la mirada pública, ya que este año se han registrado otras dos muertes en el parque.
Amigos, familiares y compañeros de montaña lo recuerdan como el “Hombre de la Tienda Naranja”, por su peculiar campamento en la base de El Capitán. Veteranos del alpinismo lo comparaban con Alex Honnold, el primer escalador en completar un ascenso en solo integral en esta misma pared. Según cifras oficiales, El Capitán mide más de 900 metros y atrae cada año a miles de atletas de todo el mundo, consolidándose como uno de los escenarios más desafiantes y legendarios de la escalada.