Entre ladridos apagados y miradas ansiosas, los refugios de animales en San Diego atraviesan una de sus peores crisis en años. Hoy, más de 1,900 animales viven en instalaciones operando por encima del 90% de su capacidad, una cifra que no solo refleja saturación, sino también una emergencia humanitaria y de gestión pública.
La situación en el Departamento de Servicios para Animales del Condado de San Diego es crítica. Solo en el refugio de Bonita se reportan más de 600 perros, gatos y otros animales, cuando su capacidad máxima no rebasa los 500. Además, el tiempo de permanencia de muchos perros supera los 70 días, afectando su salud mental y reduciendo sus posibilidades de adopción.
Refugios de animales en riesgo de retroceso
La causa no es sencilla, pero sí clara. Tras la pandemia, la disminución en las adopciones coincide con el aumento de entregas voluntarias por factores económicos, mudanzas o problemas de vivienda. Esto ha provocado una sobrepoblación que amenaza con reactivar prácticas como la eutanasia por falta de espacio, algo que el condado había logrado evitar en años recientes.
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Adopción como respuesta comunitaria
Del mismo modo, se ofrecen servicios gratuitos de esterilización, vacunas y microchips para quienes adopten. En la cultura fronteriza de San Diego, donde la solidaridad es clave, esta es una invitación a actuar: abrir la puerta del hogar puede ser el primer paso para cerrar el círculo del abandono.
A partir de agosto de 2025, se registró un incremento del 15% en entregas voluntarias respecto al mismo mes del año anterior.