La tensión crece en Estados Unidos mientras San Diego presencia episodios que reconfiguran la confianza entre comunidades militares y el sistema migratorio. Lo que ocurrió dentro de una oficina federal volvió visible cómo los arrestos migratorios afectan incluso a quienes siguen rutas legales para regularizar su estatus.
Durante una cita final para obtener la residencia, agentes de ICE entraron a la sala y detuvieron a Chanidaphon Sopimpa. Su esposo, un veterano del Cuerpo de Marines, presenció la escena sin comprender por qué un trámite habitual terminó en esposas y traslado a un centro de detención. Además, el caso no fue aislado y despertó preocupación entre abogados que nunca habían visto acciones similares en procesos de green card.
Preocupación por arrestos migratorios en citas de residencia
La agencia justificó los operativos argumentando que cada persona con una visa vencida puede ser detenida. Sin embargo, especialistas aseguran que la ley contempla excepciones claras cuando se trata de cónyuges de ciudadanos estadounidenses. También señalaron que estas detenciones no eran parte del protocolo habitual en San Diego. Por otro lado, militares y veteranos empezaron a organizar redes de apoyo para sus familias mientras esperan decisiones judiciales.
El impacto emocional se intensificó cuando Sopimpa fue enviada al centro de detención en Otay Mesa. Su esposo relató que la familia volvió a experimentar un duelo reciente y expresó desconcierto porque el sistema, que identifica el historial militar en cada documento presentado, no consideró ese contexto.
Arrestos afectan a cónyuges sin antecedentes
Abogados de otros casos reportaron patrones iguales. Incluso una esposa de un veterano de la Marina aseguró que vivió el mismo procedimiento, aunque enfrentaba un caso elegible para residencia. En consecuencia, distintas familias quedaron en espera de audiencias de fianza mientras San Diego observa un incremento en prácticas que cambian la relación entre residentes y autoridades migratorias.
Un reporte reciente local reveló que decenas de personas detenidas en citas migratorias no tenían antecedentes penales, lo que alimentó un debate urgente sobre protocolos aplicados en oficinas federales dentro del condado.






