California volvió a marcar distancia con las políticas federales. En un momento en que el debate migratorio se intensifica en Estados Unidos, el gobernador Gavin Newsom anunció un paquete legislativo que busca proteger los derechos de los inmigrantes y blindar su acceso a servicios esenciales.
Las nuevas medidas, conocidas popularmente como “muro de leyes”, abarcan protección laboral, asistencia legal y garantías contra la discriminación. En palabras de Newsom, la meta es enviar un mensaje claro: “En California no levantamos muros físicos, sino puentes de dignidad y justicia”.
Un marco legal que responde al clima político nacional
El paquete incluye leyes que impiden a las agencias estatales colaborar con deportaciones arbitrarias, amplían la cobertura de salud a más personas sin documentos y fortalecen la asesoría legal gratuita en procesos migratorios. También refuerza los derechos de los trabajadores agrícolas y de quienes sufren explotación laboral.
La decisión llega en medio de un clima político polarizado. Mientras varios estados han adoptado medidas más duras contra los inmigrantes, California apuesta por la inclusión. Este enfoque no solo busca proteger a millones de residentes, sino también mantener la estabilidad económica de sectores que dependen del trabajo migrante.
Por otro lado, defensores de derechos humanos celebraron el paso, calificándolo como un “escudo de humanidad” frente a las políticas federales más restrictivas. De igual manera, el Senado estatal aprobó recursos adicionales para campañas de información en español y lenguas indígenas, destinadas a explicar los nuevos derechos.
California, hogar de más de 10 millones de inmigrantes, reafirma así su papel como referente de diversidad y justicia social. Datos recientes del Pew Research Center confirman que el estado concentra la mayor población inmigrante del país, una cifra que sigue creciendo pese a los desafíos.
