El equilibrio comercial entre las dos economías más poderosas del mundo vuelve a tensarse. El gobierno de China advirtió que tomará contramedidas contra Estados Unidos si el presidente Donald Trump aplica su amenaza de imponer aranceles del 100% a las importaciones chinas.
Beijing considera que esta nueva escalada pone en riesgo los avances alcanzados en meses de negociaciones y ha pedido a Washington “corregir su rumbo” para evitar una ruptura comercial de gran alcance. La advertencia llega días después de que China anunciara restricciones a la exportación de minerales de tierras raras, esenciales para la industria tecnológica mundial.
Una nueva fase de la guerra comercial
El Ministerio de Comercio chino calificó las medidas de Estados Unidos como un acto unilateral que daña el clima de cooperación económica. En respuesta, el gigante asiático prometió actuar “con firmeza” para proteger sus intereses. Los mercados internacionales reaccionaron con caídas ante el temor de una nueva guerra de aranceles que impacte en sectores como la energía, los semiconductores y la aviación.
Además, la reciente ampliación de controles estadounidenses sobre exportaciones tecnológicas encendió las alarmas en Beijing, que denunció un “doble rasero” por parte de Washington. Los analistas advierten que la disputa amenaza con alterar las cadenas globales de suministro, afectando desde automóviles hasta dispositivos electrónicos.
Pese a la creciente tensión, Trump aseguró que mantiene una “gran relación” con el presidente Xi Jinping y expresó optimismo sobre un posible acuerdo. No obstante, reafirmó su intención de aplicar las tarifas el 1 de noviembre si China no modifica sus restricciones. Las industrias globales observan con cautela, conscientes de que una nueva ronda de medidas podría desatar consecuencias económicas de alcance mundial.