La CIA ejecutó un ataque con drones contra una instalación portuaria en la costa de Venezuela, de acuerdo con fuentes citadas por CNN. La operación marca una escalada significativa en la presión de Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro y amplía el alcance de las acciones encubiertas en la región.
El presidente Donald Trump reconoció de forma indirecta la ofensiva en una entrevista el 26 de diciembre, al señalar que Estados Unidos destruyó “una gran instalación de donde salen los barcos”. Días después, precisó que el ataque ocurrió en un muelle utilizado para cargar embarcaciones vinculadas al narcotráfico, aunque evitó confirmar si la acción correspondió a las Fuerzas Armadas o a la CIA.
Fuentes cercanas a la operación señalaron que el ataque destruyó la infraestructura portuaria y varias embarcaciones. Sin embargo, describieron el impacto como mayormente simbólico, ya que existen múltiples instalaciones similares utilizadas por redes criminales en Venezuela. El ataque tampoco generó una reacción pública inmediata dentro del país.
Escalada encubierta y nuevo enfoque operativo
El ataque ocurre tras la ampliación de facultades otorgadas por Trump a la CIA para realizar operaciones en América Latina, incluidas acciones directas dentro de Venezuela. Hasta ahora, las fuerzas militares estadounidenses solo contaban con autorización legal para atacar objetivos de narcotráfico en aguas internacionales, no en territorio continental.
La Casa Blanca ha justificado la campaña como parte de una ofensiva contra el narcotráfico, aunque funcionarios del gobierno han admitido que la presión busca debilitar al régimen de Maduro. Susie Wiles, secretaria general de la Casa Blanca, declaró a Vanity Fair que los ataques también persiguen forzar la rendición política del mandatario venezolano.
Altos mandos del Pentágono respaldan esta estrategia. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, comparó a los narcotraficantes con organizaciones terroristas como al Qaeda y aseguró que Estados Unidos los persigue con el mismo nivel de precisión e inteligencia. Este enfoque consolida el papel central de la CIA en una campaña que redefine los límites de la intervención estadounidense en la región.
