Entrega de ayuda en Veracruz en bolsas con colores de Morena desata críticas por uso político de la tragedia.
Entregan ayuda en Veracruz en bolsas con colores de morena

Entregan ayuda en Veracruz en bolsas con colores de morena

La emergencia en Veracruz y Puebla dejó a miles de familias con pérdidas materiales y sin techo, pero también destapó una nueva controversia política. En plena crisis, la ayuda humanitaria comenzó a llegar empacada en bolsas guinda con logos y lemas partidistas, lo que generó indignación entre ciudadanos, voluntarios y organizaciones civiles.

Las imágenes difundidas en redes sociales muestran despensas, cobijas y productos básicos repartidos por funcionarios y brigadistas, todos con el color característico de Morena, el partido en el poder. En un momento donde la solidaridad debería unir, los gestos partidistas encendieron un debate sobre el uso político de la tragedia.

Solidaridad empañada por propaganda

Mientras comunidades de Poza Rica, Papantla y Teziutlán intentan reconstruir sus hogares tras las inundaciones, la discusión se centra en la ética pública. Muchos se preguntan si el apoyo realmente busca aliviar el dolor de los damnificados o fortalecer una narrativa política. En contextos de emergencia, la ayuda no debería tener color ni sello partidista, sino llegar de manera equitativa y transparente.

El caso ha recordado prácticas del pasado que se pensaban superadas. Aunque las autoridades estatales de Veracruz y Puebla han negado fines electorales, la falta de protocolos claros alimenta la desconfianza ciudadana. Además, asociaciones civiles denunciaron que algunos servidores públicos condicionaron la entrega de apoyos a la identificación de los beneficiarios con estructuras locales del partido.

Por otro lado, académicos y especialistas en administración pública advierten que el uso de símbolos partidistas en bienes financiados con recursos públicos viola principios básicos de imparcialidad y transparencia. En consecuencia, piden una revisión de los mecanismos de distribución de ayuda federal y estatal para evitar que la tragedia se convierta en campaña.

Mientras Veracruz sigue sumando damnificados y pérdidas materiales, el país observa cómo la frontera entre solidaridad y propaganda se vuelve cada vez más difusa.

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