El movimiento de las manecillas no es solo un cambio mecánico, es una coreografía que marca el ritmo de nuestra vida diaria. En California, específicamente en ciudades como San Diego, el ajuste de horario se realizó el domingo 9 de marzo de 2025, dando inicio el horario de verano.
El cambio buscó aprovechar mejor la luz natural durante las tardes, reducir el consumo energético y sincronizar actividades sociales y laborales con un entorno más iluminado. Aunque hay voces en contra que argumentan afectaciones en la salud y en el rendimiento, esta transición se mantiene vigente bajo regulación federal. Así, tanto San Francisco como Los Ángeles y San Diego deben alinearse a esta medida, salvo cambios legislativos futuros.
Cambio de hora en California: impacto en la rutina fronteriza
Para la comunidad hispana, en especial la mexicana que reside o cruza diariamente desde Tijuana, el cambio tiene implicaciones directas. Desde el transporte público hasta los horarios escolares y de oficina, la modificación influye en la coordinación binacional. Este tipo de ajustes cobra aún más relevancia en regiones fronterizas, donde cada minuto puede definir el éxito de una jornada laboral o un trámite importante.
En consecuencia, marcar la fecha con anticipación evita contratiempos innecesarios. Además, sectores como el comercio, la hospitalidad y la salud suelen prepararse con campañas informativas para minimizar el impacto.
La siguiente transición será el domingo 2 de noviembre de 2025, cuando regrese el horario estándar. Entonces, los relojes se retrasarán una hora. Este patrón bianual ha sido aplicado consistentemente, mientras continúan los debates legislativos sobre su permanencia o posible eliminación.
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