En el corazón de Rancho Santa Fe, uno de los enclaves más exclusivos del condado de San Diego, una historia inesperada ha unido a vecinos, activistas y autoridades: la trágica muerte de Sugar, una mini yegua que durante años fue emblema de dulzura y comunidad.
Sugar no era solo una mascota. Para quienes frecuentaban la cuadra en Via de Santa Fe, donde vivía, su presencia era sinónimo de paz. Caminaba libre, sin rienda ni prisa, acercándose con ternura a niños y adultos. Su muerte, ocurrida en octubre al ser atropellada por un automóvil, no solo conmocionó por el hecho en sí, sino por lo que representa en términos de convivencia y respeto entre especies.
Justicia comunitaria para la mini yegua
El caso ya moviliza a autoridades locales, con una investigación en curso liderada por la Oficina del Sheriff del condado de San Diego. Según la familia que cuidaba de Sugar, el responsable del atropello no solo no se detuvo, sino que abandonó la escena sin ofrecer ayuda ni notificar el accidente. Esto ha despertado un llamado colectivo para reforzar las medidas de tránsito y protección animal en zonas semi-rurales como Rancho Santa Fe.
Por otro lado, la comunidad ha respondido con rapidez. En menos de 24 horas, una improvisada vigilia en memoria de Sugar reunió a decenas de vecinos, mientras las redes sociales replican el mensaje: “Justicia para Sugar”. Además, se está considerando una iniciativa ciudadana para establecer zonas seguras para animales en libertad.
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