Texas no es solo un gigante energético o agrícola: es también uno de los corredores comerciales más dinámicos del hemisferio. Y en ese engranaje binacional y trinacional, México y Canadá se han posicionado como actores clave. Esta sinergia no solo redefine el presente económico del sur de Estados Unidos, sino que también dibuja nuevas oportunidades para la comunidad mexicana en regiones como San Diego.
Durante los primeros ocho meses de 2025, Texas acumuló exportaciones por más de 345 mil millones de dólares, encabezadas por computadoras, circuitos integrados y gasolina. En ese mismo periodo, México adquirió más del 30% de esas exportaciones, posicionándose como el principal socio comercial del estado.
Este intercambio constante ha dado forma a una región más conectada, donde la cultura empresarial trasciende las fronteras. En ciudades como Laredo o McAllen, y aún más allá en San Diego, se percibe cómo esta relación económica se traduce en empleo, innovación logística y movilidad comercial. De igual manera, Canadá mantiene su fuerza como segundo destino más relevante de exportaciones texanas, reforzando un triángulo económico que beneficia a toda América del Norte.
México impulsa las exportaciones de Texas
La solidez de este vínculo se explica también por la infraestructura compartida: 29 cruces fronterizos terrestres entre Texas y México sostienen más del 60% del comercio entre ambos países. Esto ha convertido a Texas en una puerta estratégica para el nearshoring, atrayendo manufactura y operaciones desde Asia hacia Norteamérica.
A medida que las cadenas de suministro globales se reconfiguran, este modelo comercial se vuelve aún más relevante para ciudades como San Diego, donde la comunidad mexicana participa activamente en industrias binacionales.
En agosto de 2025, el Buró del Censo de Estados Unidos confirmó que Texas es el estado con mayor volumen de comercio internacional, con México como socio dominante.
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