San Diego enfrenta un punto de quiebre urbano. El plan Midway Rising promete miles de viviendas y un nuevo Sports Arena en terrenos públicos, aun con el regreso del tope de 30 pies. La clave no recae en la política local sino en el marco estatal que abre vías legales para construir más y mejor donde antes no se podía.
La reciente resolución judicial reactivó el límite de altura al oeste de la I 5. Sin embargo, el equipo desarrollador sostiene que las normas de vivienda del estado permiten exenciones cuando un proyecto integra un volumen sustancial de unidades con renta regulada. En consecuencia, Midway Rising mantiene su calendario mientras avanza por un carril que la ley estatal ya contempla.
Midway Rising y las reglas del juego
El proyecto propone 4,254 viviendas y áreas públicas en un predio de 49 acres del distrito Midway. También prevé un Sports Arena de nueva generación y espacios comerciales de menor escala. Además, la iniciativa concentra cerca de 2,000 viviendas con renta regulada, lo que activa incentivos y dispensas de planeación. Del mismo modo, casos recientes validan que los municipios no pueden aplicar restricciones que contradigan la ley de vivienda del estado.
El consorcio argumenta que la mezcla de usos sirve a un objetivo primordial de vivienda. Por otro lado, la ciudad trató el plan como un solo conjunto con fases de construcción que se interdependen. Estacionamientos residenciales alimentan el recinto deportivo y las áreas verdes activan los frentes peatonales.
El debate legal no termina. Abogados que frenaron las excepciones locales piden probar que cada dispensa resulta necesaria para la viabilidad financiera. En consecuencia, el desarrollador deberá mostrar números si hay impugnaciones. Hoy, el dato estructural es contundente y no figuró en la apertura del texto. La propuesta calcula 4.5 millones de pies cuadrados para vivienda y 510 mil para usos comerciales, con 380 mil para la arena, lo que sitúa a la vivienda como uso dominante según la propia volumetría del plan.
