San Diego celebra una noticia que une paisaje y propósito. Mildred Falls, la cascada más alta del condado, quedará bajo resguardo permanente tras la compra del predio por parte de una organización local. El acuerdo en Estados Unidos cierra filas para conservar un ícono natural y abrir camino a un acceso responsable.
La operación abarca 58 acres que incluyen el salto de agua y el cañón por donde Ritchie Creek desciende hacia el San Diego River. La caída alcanza alrededor de 300 pies y se distingue por ser visible desde Ramona en días de flujo abundante. Además, el área sostiene hábitats sensibles con presencia de especies como el gnatcatcher de California, la tortuga de estanque del suroeste y anfibios de arroyo.
Por qué Mildred Falls importa a San Diego
El resguardo del terreno evita presiones de desarrollo y prioriza la salud del río. También protege un nido de águila calva y corredores para mamíferos de gran tamaño. En consecuencia, la decisión suma valor ecológico, identidad local y oportunidades de turismo de bajo impacto.
Más de 250 donantes reunieron poco más de 300 mil dólares para concretar la compra. La respuesta ciudadana confirmó que la conservación puede avanzar cuando comunidad, filantropía y gestión técnica jalan en la misma dirección. Del mismo modo, la campaña subrayó que cada aporte cuenta en la defensa de los bienes comunes.
Siguiente paso acceso responsable y cuidado del hábitat
La fundación enfocará el siguiente tramo en dos frentes. Primero, la planificación de un mirador seguro que ordene las visitas. Segundo, el manejo del suelo y la restauración de vegetación nativa para reforzar el hábitat.
La compra se integra a una estrategia de décadas sobre el cauce de 52 millas del San Diego River. A la fecha, la organización completó docenas de adquisiciones y ha conservado más de 2,600 acres de espacios privados en riesgo dentro de la región.