Mudarse puede refrescar una institución, pero también desnuda preguntas. En Estados Unidos, la NewSchool of Architecture & Design dejó su histórico edificio del East Village y ahora toma clases en una ex oficina en 600 B Street, en pleno centro de San Diego. La promesa habla de cercanía con la industria y costos operativos más bajos. La realidad exige responder por fin si la escuela puede sostener matrícula, calidad académica y confianza pública.
La dirección académica defiende que invirtió millones sin aumentar colegiaturas y que logró equilibrio financiero desde 2023. Además, apuesta por integrar inteligencia artificial en entornos “phygital” para atraer talento internacional. Del mismo modo, el traslado ofrece vistas de obras en curso y contacto directo con despachos, un valor que entusiasma a estudiantes que combinan trabajo y clases nocturnas.
NewSchool y el desafío de acreditación y matrícula
Los procesos de acreditación siguen marcando el ritmo. En 2024, la agencia WASC reconoció ajustes internos, pero pidió más evidencia de mejora y una nueva visita para otoño de 2026. En consecuencia, el programa académico debe mostrar progreso verificable en retención, liderazgo y finanzas. Por otro lado, el mercado local cambió: tras el cierre del campus de Woodbury en Barrio Logan, NewSchool quedó como la única escuela de arquitectura a 120 millas, con la responsabilidad de formar perfiles que San Diego necesita.
La competencia no solo viene de fuera. Palomar College lanzó una licenciatura en diseño ambiental con menor costo, una alternativa que presiona a las escuelas privadas a clarificar su propuesta de valor.
El ecosistema profesional observa con lupa. Profesores eméritos y exalumnos piden certezas; la industria quiere egresados capaces de unir técnica y visión urbana. Un dato ilustra la encrucijada: el costo estimado de un bachillerato de cuatro años ronda los 174,000 dólares, una inversión que obliga a garantizar empleabilidad, prácticas y licenciamiento oportuno.
