La política de Estados Unidos suma un nuevo capítulo con la entrada de Tom Steyer a la carrera por la gubernatura de California, en un ambiente cargado de escepticismo. En un estado donde el costo de vida aprieta a quienes sostienen la economía, la promesa de aliviar la presión suena menos a novedad y más a obligación pendiente.
El millonario activista demócrata construye su campaña alrededor de la asequibilidad y repite que los californianos merecen una vida que puedan pagar. Además, denuncia que quienes hacen funcionar al estado terminan aplastados por los precios de vivienda y servicios. En ciudades como San Diego, esa frase conecta con trabajadores que ya sienten al límite su presupuesto mensual.
El costo de vivir en California
Tom Steyer refuerza su perfil dentro del Partido Demócrata después de comprometer 12 millones de dólares para impulsar la Proposición 50, una iniciativa que permite a los demócratas redibujar el mapa congresional a su favor. De igual manera, esa cifra recuerda que su influencia nace del capital privado, lo que alimenta dudas sobre cuánto espacio real queda para la ciudadanía común en la toma de decisiones.
El campo de aspirantes luce saturado y sin figura dominante. Además de Tom Steyer, compiten Xavier Becerra, Katie Porter, Antonio Villaraigosa, el comentarista republicano Steve Hilton y el sheriff Chad Bianco. Por otro lado, la ausencia de Kamala Harris y Alex Padilla deja un vacío simbólico en el ala demócrata que nadie llena por completo.
Pasado electoral de Tom Steyer bajo la lupa
La trayectoria de Tom Steyer se construyó como megadonor antes que como candidato sólido. Ha financiado campañas demócratas y causas liberales, fundó NextGen America para aumentar el voto joven y destinó 20 millones de dólares a anuncios que exigían el juicio político de Donald Trump.
Sin embargo, su propio desempeño en las urnas plantea preguntas incómodas. Tras descartar aspirar al Senado y la gubernatura en 2018, entró a la primaria presidencial demócrata de 2020 y destinó 318 millones de dólares a su campaña antes de abandonar la contienda después de un mal resultado en Carolina del Sur.
