La conversación sobre deportación vuelve a tomar fuerza en Estados Unidos y San Diego se convierte en un escenario clave para revisitar sus orígenes. Un evento en Bread and Salt reunió a la historiadora Kelly Lytle Hernández y al cineasta Alex Rivera, quienes exploraron cómo este sistema se convirtió en una pieza central del poder estatal desde finales del siglo XIX.
Ambos especialistas analizaron el caso de Fong Yue Ting, el primer hombre deportado en 1893, cuya batalla legal definió un modelo que ha perdurado por generaciones. Además, recordaron que la deportación creció junto con discursos que justificaban exclusiones raciales y reforzaban estructuras de control social en el país.
Miradas que reescriben la historia de la deportación
El público observó fragmentos del documental “Banishment”, donde Rivera expone cómo la Corte Suprema respaldó un sistema que negó debido proceso a miles de migrantes. Lytle Hernández explicó que la deportación no nació como un mecanismo natural del Estado, sino como una herramienta moderna que redefinió quién podía pertenecer a Estados Unidos. Ambos coincidieron en que el pasado revela un patrón de violencia institucional que continúa influyendo en familias migrantes.
Un legado de resistencia que abre nuevas posibilidades
Las exposiciones destacaron que comunidades asiáticas, latinas y otras diálogos migrantes han desafiado el sistema de deportación desde hace más de un siglo. También mostraron cómo movimientos legales y sociales moldearon rutas que hoy sostienen la diversidad del país. En consecuencia, el encuentro invitó a imaginar estructuras más justas, donde la deportación deje de funcionar como castigo automático para quienes buscan estabilidad en Estados Unidos.
Datos históricos recuerdan que, desde 1890, el país ha ejecutado cerca de ocho millones de expulsiones, lo que demuestra el tamaño y el impacto del sistema que hoy vuelve a debate.






