Las bajas temperaturas no solo transforman el paisaje: también marcan ritmos distintos en la vida diaria de millones de personas. Esta semana, el frente frío número 23 avanza sobre México, y su paso ha comenzado a sentirse con fuerza desde el norte, trayendo lluvias, caída de nieve y temperaturas mínimas bajo cero en varios estados.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, los efectos de este frente se intensificarán en las próximas horas sobre regiones como Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí y Zacatecas. Ahí, las temperaturas mínimas se han desplomado hasta los -10 °C, especialmente en zonas serranas. Además, las lluvias serán intensas en Puebla y Veracruz, mientras que en estados del centro como Hidalgo, Querétaro y Estado de México se esperan bancos de niebla y frío extremo al amanecer.
Frente frío 23 y su impacto en la cotidianidad mexicana
El frente frío 23 no solo es un fenómeno meteorológico, también refleja una constante que define la resiliencia mexicana: la capacidad de adaptarse. En comunidades agrícolas, escolares, zonas urbanas o rurales, este tipo de eventos activa protocolos de resguardo, entrega de cobijas y adaptación de horarios laborales y escolares. La Coordinación Nacional de Protección Civil mantiene activos los avisos preventivos y se recomienda atención especial a la población vulnerable.
Este sistema frontal también impacta la movilidad y el comercio local. En regiones cercanas a la frontera norte, como Baja California, el fenómeno recuerda la interconexión climática que comparten México y el sur de California, donde comunidades latinas siguen de cerca las condiciones de sus familias al otro lado del muro.
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