San Diego vive un escenario migratorio cada vez más complejo, marcado por miles de detenciones que involucran principalmente a inmigrantes sin historial criminal. La región enfrenta este giro mientras nuevas prioridades federales impulsan operativos más amplios y visibles en comunidades de Estados Unidos que antes no figuraban como zonas de riesgo.
Datos recientes muestran que agentes federales ejecutaron casi cinco mil arrestos en San Diego y el condado Imperial hasta mediados de octubre. Más de la mitad de esas detenciones involucraron a personas sin cargos previos, lo que intensifica el debate sobre el alcance real de las políticas migratorias actuales y sobre la manera en que estas decisiones afectan la vida diaria de familias enteras.
Patrones que elevan los arrestos de ICE
Investigadores del Deportation Data Project analizaron registros gubernamentales y detectaron un incremento mensual sostenido. ICE en San Diego arresta a un porcentaje mayor de personas sin historial criminal que el promedio estatal y nacional, una diferencia que evidencia cambios significativos en los criterios operativos. Este patrón se refleja en operativos que ocurren cerca de tribunales, comercios, escuelas, zonas residenciales y espacios que antes generaban poca vigilancia.
Diversos testimonios describen acciones que incluyen detenciones durante citas de residencia, intervenciones en hogares y operativos ejecutados por agentes encubiertos, lo que eleva el temor comunitario.
Efectos locales y respuesta política
Organizaciones comunitarias denuncian que estas prácticas afectan a familias que han vivido décadas en el país y que ahora enfrentan procesos opacos dentro del sistema migratorio. Ante esta presión, gobiernos locales aplican medidas para limitar la colaboración entre cuerpos policiales y oficinas federales, una reacción que busca ofrecer mayor certidumbre a residentes vulnerables.
La Junta de Supervisores y varios ayuntamientos aprobaron políticas que buscan proteger a residentes vulnerables mientras crece el número de personas retenidas en centros de detención como Otay Mesa. Septiembre registró cerca de mil cuatrocientos arrestos, la cifra más alta del año y un indicador que revela la magnitud del cambio en la región.






