California reforzó la vigilancia en los campos agrícolas para proteger a farmworkers menores de edad. La decisión llega tras reportes recientes sobre fallas de inspección y riesgos por calor y pesticidas.
La agencia estatal de Labor and Workforce Development ahora coordina operativos conjuntos entre el Bureau of Field Enforcement y Cal OSHA para aumentar presencia y detectar violaciones en sitio. También prepara intercambio de datos con otras dependencias de empleo y seguridad laboral.
Supervisión más estricta para farmworkers
Registros públicos revisados por periodistas muestran un contraste fuerte. Entre 2017 y 2024, el estado emitió solo 27 citatorios por trabajo infantil en agricultura. Las multas sumaron 36,000 dólares y el estado cobró 2,814.
Además, Cal OSHA redujo sus citatorios a empleadores agrícolas en los últimos años y no investigó muchas quejas sobre la ley de calor exterior. Esa norma exige capacitación, agua y sombra cuando la temperatura supera 80 grados Fahrenheit.
Del mismo modo, defensores laborales piden que la estrategia vaya más allá de inspecciones. Señalan que salarios bajos y pobreza empujan a adolescentes a trabajar para apoyar a sus familias.
Qué significa para California y para San Diego
La nueva coordinación estatal puede cambiar el equilibrio entre producción y bienestar. En consecuencia, más operativos pueden frenar prácticas peligrosas sin paralizar cosechas que abastecen supermercados y restaurantes en San Diego.
También crece la presión federal. Legisladores impulsan cambios para elevar estándares de protección de menores en agricultura y mejorar la fiscalización. A nivel estatal, crecen llamados para auditorías y materiales educativos claros sobre pesticidas dirigidos a trabajadores jóvenes.
Mientras avanza el plan, el debate se mantiene en una idea simple. La economía agrícola necesita manos, pero también necesita reglas claras y supervisión constante.






