Durante más de un siglo, San Diego ha sido mucho más que playas y clima templado. Su identidad, profundamente entrelazada con la Armada de Estados Unidos, ha marcado el rumbo de su economía, su crecimiento urbano y su perfil demográfico. Esta conexión, iniciada de forma decisiva tras la Segunda Guerra Mundial, sigue siendo visible en el día a día de la ciudad.
La gran cantidad de bases navales, astilleros y hospitales militares consolidaron a San Diego como uno de los centros estratégicos del Pacífico. En 2025, la Marina emplea a más de 120,000 personas en el condado. Esta cifra, lejos de ser anecdótica, sostiene una red económica que abarca desde proveedores locales hasta industrias tecnológicas que desarrollan soluciones de defensa. La base naval de San Diego es hoy la más grande del país, con 13 muelles y más de 50 embarcaciones en operación constante.
Cultura naval y comunidad latina
La influencia de la Marina va más allá de lo económico. También modela la vida cultural y el sentido de pertenencia de miles de familias, muchas de ellas de origen mexicano. La participación de latinos en las Fuerzas Armadas estadounidenses ha crecido de forma sostenida, y San Diego se ha convertido en un lugar donde conviven valores militares con las tradiciones de una comunidad hispana vibrante.
Los barrios cercanos a las instalaciones navales, como Barrio Logan o National City, muestran esta dualidad. Ahí, las familias celebran tanto el Cinco de Mayo como el Día de los Caídos, y es común ver a jóvenes latinos enlistados o en formación militar.
Por otro lado, esta herencia ha impulsado colaboraciones transfronterizas en materia de seguridad, comercio y desarrollo urbano.






