Recortes federales amenazan programas de alimentos en San Diego y ponen en riesgo la seguridad alimentaria de familias locales.
Recortes federales ponen en riesgo alacenas de familias en San Diego

Recortes federales ponen en riesgo alacenas de familias en San Diego

La mesa de muchas familias en San Diego enfrenta un nuevo desafío que no proviene de la inflación ni del costo de la vivienda, sino de los recortes federales que amenazan directamente a los programas de asistencia alimentaria. En una ciudad donde la comunidad latina, particularmente la mexicana, sostiene buena parte de la vida laboral y cultural, la incertidumbre sobre la continuidad de estos apoyos resuena con fuerza.

De acuerdo con organizaciones locales de seguridad alimentaria, los fondos que llegan desde Washington representan una red esencial para miles de hogares. Su reducción puede traducirse en estantes vacíos en bancos de alimentos y, en consecuencia, en mayor presión para comunidades que ya destinan gran parte de su ingreso a cubrir gastos básicos.

Impacto en los programas de alimentos en San Diego

En agosto de 2025, Feeding San Diego advirtió que la demanda de ayuda alimentaria ha crecido más de 25 % en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este aumento no es casualidad, responde al encarecimiento de la canasta básica y al estancamiento de salarios en sectores de alta participación latina como la construcción, la limpieza y los servicios de hospitalidad.

Además, los recortes federales amenazan con reducir el alcance de programas clave como el Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP), que en California beneficia a más de 4.8 millones de personas. Del mismo modo, bancos de alimentos en San Diego señalan que podrían ver limitado el número de despensas que entregan semanalmente.

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Un reflejo de resiliencia comunitaria

Frente a este panorama, diversas organizaciones hispanas en San Diego intensifican campañas de recaudación y voluntariado para asegurar que las alacenas locales se mantengan abiertas. De igual manera, líderes comunitarios insisten en que la solidaridad es un rasgo que fortalece la vida diaria en los vecindarios fronterizos, donde compartir no es un gesto opcional, sino parte del estilo de vida.